Cría de peces

La cría de peces es una actividad muy satisfactoria y gratificante, solo exige a cambio un  poco de tiempo y esfuerzo. Muchos peces tropicales de agua dulce se reproducen en acuarios, entre los más frecuentes  se incluyen los vivíparos de acuario, cíclidos, peces gato, ciprínidos y tetras.

Todos estos peces tienen diferentes modos de reproducción. Por ejemplo, los cíclidos depositan sus huevos en un sustrato y los protegen, o bien los llevan encima dentro de sus bocas,  mientras que los peces gato pueden depositar los huevos y protegerlos o abandonarlos. Los tetras y barbas usualmente dispersan sus huevos, mientras que otros hacen nidos de burbujas y depositan los huevos dentro de estas balsas flotantes. A pesar de sus diferencias, existen varios puntos comunes a todos estos peces cuando se trata de desovar.

¿Cómo desovan los peces?

Simular el entorno natural de los peces es el primer y más importante factor para lograr que se reproduzcan en un acuario. Si un pez proviene de un río de aguas un poco ácidas, entonces requiere aguas similarmente ácidas dentro del acuario para reproducirse. Existen excepciones para  esta regla, y gracias a la cría constante de peces en el acuario, estos han ido evolucionando gradualmente hasta aceptar nuevas condiciones ambientales, aunque se diferencien de sus entornos naturales. No obstante, en términos generales se dice que si se consiguen las condiciones más favorables dentro del acuario,   mayores serán las posibilidades de lograr una reproducción con éxito.

De ahí que otra cuestión importante radica en considerar las características del entorno que les ofrece nuestro acuario. Si un pez proviene de aguas densamente plantadas, donde la luz del sol se filtra a través de las ramas colgantes, entonces puede ser oportuno que haya abundantes plantas dentro del tanque para garantizar una iluminación tenue. Estos peces pueden ser muy tímidos y a menos que puedan instalarse y sentirse cómodos con el entorno, no van a reproducirse.

El exceso de actividad cerca del tanque también es un elemento disuasorio para el desove, pues los peces preferirán no alterar más el ambiente con la llegada de nuevas criaturas. En la naturaleza, los peces suelen ser inducidos a desovar por algunos estímulos naturales, como la lluvia, que hace crecer los ríos, enfría las aguas, aumenta el contenido de oxígeno y arrastra una gran cantidad de insectos y animales. Tú puedes imitar el efecto de fuertes lluvias, haciendo grandes y frecuentes cambios con agua fría o mejor aún, antes puedes bajar el nivel del agua gradualmente durante un período de unos pocos días. Para imitar el alto grado de materia orgánica durante las fuertes lluvias, aumenta la alimentación con criaturas vivas, tales como el camarón de salmuera. Después de este período de enfriamiento por las lluvias, las aguas se calientan, lo que podrás simular ajustando el calentador o termostato uno o dos grados.

Entre los cíclidos, los peces ángel son muy fáciles de criar en el acuario. Algunos signos de su actividad reproductiva pueden ser observar dos peces picoteando una roca u hoja juntos o verlos haciendo pequeños gestos extraños con la cabeza. Lo mejor en este caso es colocarlos en un tanque aparte. Después unas semanas, la hembra comienza a desarrollar un pequeño tubo justo en frente de su aleta anal. El macho desarrolla un tubo, pero más puntiagudo y no tan amplio. La pareja preparará el sitio donde se desovarán los huevos, ya sea en algún trozo de rama o en una especie de piedra o roca con agujeros.

A continuación el macho fertiliza los huevos, la hembra los protege, los ventila y desecha los huevos infértiles que se han puesto blancos cubiertos por el hongo. Los huevos fértiles eclosionan al cabo de dos o tres días y los alevines se pegan mediante filamentos a otra hoja o roca, hasta que ellos puedan nadar libremente. Los padres deben proteger y alimentar a los alevines durante varias semanas, pero es normal que ocasionalmente se coman a sus propias crías.